martes, 2 de abril de 2019

Capítulo 2. Estado del Conocimiento.

Capítulo 2. Estado del Conocimiento.

En vías de construir un modelo alternativo que sea capaz de combatir los problemas ambientales y deterioro social, entre otros fenómenos que se han provocado por la pérdida de valores y el consumismo excesivo, se han realizado acciones para modificar el comportamiento entre los individuos. Para ello las naciones deben de reconocen el problema y realizar cambios a través de reformular sus planes y programas. 
La función de cada sociedad está definida por la conformación de factores sociales, económicos y políticos, que influyen en el desarrollo de la comunidad, provocando interpretaciones diversas de lo que cada individuo, grupos y clase social quieren y realizan para su bienestar, no para una vida en común. La construcción del pensamiento en el siglo XXI debe modificarse para estar encaminada a propuestas innovadoras en pro de la sustentabilidad, para la conformación de una sociedad que sea capaz de fortalecerse a partir de sus propias acciones complejas.
El pensamiento ambiental complejo puede ser el aporte necesario para que los sujetos tengan un desarrollo cognitivo que transforme la realidad, hacia escenarios en pro del medio ambiente; para lograrlo, se tienen los lineamientos y normativas logradas en la Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), establecida por la UNESCO (2005-2014), además otras visiones donde establecen con mayor puntualidad la educación ambiental para la sustentabilidad, todas son respaldas por investigaciones que respaldan con aportes teóricos y prácticos la efectividad de conjuntar realidad.
Al interior de los lineamientos de la década EDS, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) (UNESCO, 2013)ha creado programas académicos que contemplen la incorporación de la perspectiva del desarrollo sustentable, tomando en cuenta que los procesos educativos escolarizados se constituyen como instancias por excelencia para promover un conjunto de valores culturales y pautas de comportamiento bien informado, que destacan la importancia de la corresponsabilidad social, tanto en la mitigación y solución de la problemática ambiental del desarrollo, como en la adopción de prácticas sociales apropiadas.
En aras de contribuir socialmente al medio ambiente, varias Instituciones de Educación Superior (IES) han buscado conformar la ambientalización curricular en sus distintos programas, para que en sus investigaciones se orienten a mejorar la relación con el ambiente. Para sustentar esta investigación se toman en cuenta referentes investigativos que informan de las contribuciones en el ámbito de educación, semilleros del cambio dentro de la sociedad y en especial en las Instituciones de Educación Superior.
En el primer apartado: Aportaciones de la complejidad, se escribe sobre el cambio de paradigma y la importancia de los conceptos y teoría, para construir una estructura simbólica que oriente los conceptos que pueden ordenar al objeto y percepción de realidad que oriente a un desarrollo común. Dentro de la segunda parte: Década dedicada a la Educación para el Desarrollo Sostenible, se retoma la transición histórica de la lucha por una legislación en beneficio del medio ambiente y para el tercer apartado: Instrumentación de la ambientalización curricular en las Instituciones de Educación Superior, dando cuenta de la importancia y responsabilidad que tienen la educación para generar lineamientos, normas y currículos que ayuden a la sociedad a generar un contexto diferente. 

2.1 Aportaciones de la complejidad.

La sociedad no siempre ha sido igual, parte del ciclo de la vida, es modificar formas de pensar, sentir y actuar. En un grupo de personas existen variaciones en el actuar, sentir y hacer, con el paso de las épocas los saberes han sido modificados y reprogramados, porque la razón cambia cuando el conocimiento evoluciona. 
Gracias a ese proceso de transformación, las personas pueden buscar la modificación de la razón y los ambientalistas quieren que se comprenda que las fuerzas que guían las acciones comunes, son determinadas por la amplitud de los estímulos externos existentes en el entorno, no sólo sucede en el núcleo de la colectividad, sino también por todo lo presente en el medio.
El avance de la construcción del conocimiento ha sido paulatino, conformándose dentro de un entorno determinado, jugando las ideologías un papel predominante. Cada era o época ha sido modificada por un proceso de reflexión, cada vez más crítico a los acontecimientos presentes, pasados y futuros, entendiendo que lo que sucede dentro de un grupo social no es casual.
Los investigadores, durante décadas, han reflexionado sobre los acontecimientos que modifican la manera en que la colectividad se relaciona, buscan en la ciencia tradicional una solución, pero a falta de una pregunta concreta, no hubo respuesta, por ello se ha tenido que cambiar, ya no se buscan respuestas ahora se identifican soluciones determinadas por un momento histórico que obliga a replantear la pregunta según el espacio y tiempo. 
El cambio de paradigma identifica al pensamiento complejo como una teoría orientada a buscar preguntas y encontrar en el entorno las respuestas, muestra que el conocimiento no es único, la base de la ciencia debe cambiarse, reedificando al sujeto de cualquier sociedad a comprender el entorno y cómo se complementa, para que por sí mismo encuentre las respuestas a sus preguntas.
La complejidad invita al individuo a ser investigador, generar crítica de una idea a buscar más allá de lo que dice la ciencia, a corroborar pensamientos e ideologías. El concepto de ideología se basa, según Luis Villoro (2008)enel conjunto de conocimientos y creencias que sustenta y fundamenta el quehacer de un grupo social que justifica sus intereses. En este sistema de creencias del pensamiento humano incluye: la religión, ciencias, filosofía y los conceptos que determinan una estructura racional. Cada grupo social o cada gremio cuenta con una estructura filosófica que configura su pensamiento y por tanto su actuar.
El paradigma de la Educación Ambiental, plantea que dentro del sujeto surge la reflexión de los cambios necesarios para modificar la relación armónica con el entorno. Molano Niño (2012), retoma los siete saberes para la educación de Edgar Morín, para fundamentar la importancia de educar bajo una estructura ambientalista, con tolerancia, solidaridad y respeto a las especies con las que se cohabita. La postura que prevalece en su investigación, es establecer lineamientos para hacer las preguntas correctas, es decir, incluir la reflexión en la observación-concepción. Cada principio de los siete saberes, se basa en derribar barreras entre las disciplinas, en reformular cómo se concibe a la investigación para unir las políticas educativas con los programas que se llevan al aula.
Basado en las aportaciones que el prestigiado sociólogo Morín en su visión del “Pensamiento Complejo”, la UNESCO, puso a su cargo un documento que reorienta la educación hacia el desarrollo sostenible; desde las palabras del propio autor, “Mi intención es que estas ideas susciten un debate que contribuya a ayudar a educadores y dirigentes a aclarar su propio pensamiento sobre este problema vital”. (Morín, 1999, pág. 5)En el documento se reconoce a la educación como la única vía para lograr cambios esenciales, también la necesidad de que las instituciones financieras tomen medidas para poner en práctica el nuevo concepto de educación para un futuro viable al reformar políticas y programas educativos nacionales. 
Los siete saberes de la educación de Edgar Morín, tienen un orden que va llevando al autor a un conocimiento no parcializado de la realidad, viendo primero, las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión, donde dice que el mayor problema es subestimar los aspectos globales, generador de la parcialidad de las disciplinas. 
El segundo saber es dedicado a los principios de un conocimiento pertinente, existen problemas aún desconocidos, que sólo se enfrentarán si la mente humana tiene una mayor amplitud, es necesario enseñar los métodos que permitan aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo de un mundo complejo. (Morín, 1999)
Enseñar la condición humana, debe de ser el objeto esencial para cualquier educación, cada disciplina reconocerá la unidad y la complejidad humana reuniendo y organizando los pensamientos dispersos, para mostrar la unión indisoluble entre la unidad y la diversidad del todo.
En el cuarto saber, que es, enseñar la identidad terrena, se plantea el destino del género humano, para el reconocimiento de la identidad, es decir, conocer más acerca de cada cultura; en el saber quinto, la humanidad se enfrenta a las incertidumbres, cuestionando lo que hasta ahora la ciencia ha establecido, la educación debe afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino.
El penúltimo saber es, enseñar la comprensión, esta es al mismo tiempo medio y fin de la comunicación humana, sobre todo de los sentidos, buscando una educación para la paz. Por último, establece, la ética del género humano, donde la enseñanza debe conducir a una antropo – ética, buscando fomentar conciencia del papel del individuo en una sociedad y lograr así una democracia global. (Morín, 1999)  
Cada apartado corresponde a un conjunto de propuestas para modificar la educación actual, basada en la capacidad de interconectar dimensiones de la realidad, pero según Molano Niño, (2012) persisten varios problemas que hacen que lo ambiental y lo educativo no se analice desde lo complejo; existe la disyunción y especialización cerrada, los problemas se han vuelto menos personales y más globales, la especialización separa todo lo que por naturaleza se encuentra unido debido a la reducción y la disyunción, no se le da importancia a los términos y conceptos provenientes de estudios ambientales y sus derivados. Las formas tradicionales de educación aluden a un ambiente fragmentado, provocando que la enseñanza ambiental sólo se centre en acciones simplistas y reduccionistas.
Es cierto que cada acción debe ser a favor de reducir las mitigaciones de contaminantes, pero las acciones simplistas como la separación de basura, no es una educación en la teoría de la complejidad, que pretende educar al pensamiento en la capacidad de interconectar diversas dimensiones de la realidad, donde se debe poner mayor énfasis en reconocer, visualizar, analizar y comprender el contexto en el que se está situado, interconectando los distintos hechos disciplinares, sociales, económicos, políticos y de relaciones humanas al sujeto, para tener un pensamiento reflexivo. 
La principal dificultad de lograr un pensamiento reflexivo, es que no es tangible, no es un producto o un servicio que se pueda tocar u obtener resultados en determinado tiempo, es por eso que la educación ambiental, se ha reducido a producir factores determinados, como es el reciclaje, es muy viable que se enseñe el manejo de los residuos, pero no se debe centrar en el hecho, sino en la sensibilidad producida al pensar en el consumir y desechar. 
Bernardo Loureiro realiza una investigación (2003), en Brasil: afirma que las comunidades escolares constituyen en la basura el tema generador más efectivopara crear un efecto movilizador que muestra, paradójicamente, la exclusión social, la enseñanza reproductivista y la lógica de aquello que quieren negar al no ser integrado a la complejidad del sistema en que se vive. El planteamiento pedagógico de transformación de las condiciones de vida, se genera una falsa dicotomía entre el pensar y teorizar, en el modo de cómo se define en una sociedad. 
En la Educación Ambiental existe una limitación pedagógica cuando reduce la educación a un hecho simple o aislado, cuando el abordaje debe ser sistémico y holístico buscando la subjetividad de niveles elevados de conciencia que pugnen con un cambio de visión. Para lograr una modificación real se debe buscar un proceso que parta del contexto, que el sujeto encuentre el lugar en que se sienta cómodo y quiera transformar su realidad, “educar es emancipar a la humanidad” (Loureiro, 2003, pág. 22).
En la sensibilización colectiva se encuentra la base para que la educación ambiental sea una realidad, porque cuando el pensamiento conecta con el corazón, promueve la posibilidad de perdurar en el tiempo porque se está convencido de que su actuar es el correcto, se es consciente de lo que está realizando, determinado a una ideología en cultura para convertirse en permanente.
Las decisiones colectivas se hacen conscientes en el hombre, al identificar la problemática y construir un proyecto de vida con base en la resolución del conflicto, pero la cuestión es tener las armas para realizarlo, la idea de Freire en Pérez (2005)ha sido una educación emancipadora que logre construir un proyecto de vida en una ontología distinta a los contextos vivenciales, que remembraban el ser individual hacia la constitución de una sociedad justa e igualitaria. Tanto Freire, como Loureiro, buscan que la sociedad esté proyectada por su cultura, para traducir el actuar en normas y leyes regulatorias, bajo este argumento se construye la educación, que busca estimular y desarrollar capacidades cognitivas y físicas que posibiliten al individuo a comprender y actuar en un contexto determinado por su tiempo, historia y espacio.
La educación fundada en el ambiente, invita a realizar una metodología basada en la práctica social constante, que lleve a una reflexión sobre el quehacer cotidiano y cómo se realizan los deberes, es reflexionar continuamente sobre la calidad de vida que se construye, es modificar el estilo de vida actual y cambiarlo por acciones que lleven a preservar el medio en el que se vive y no terminar con él.
La metodología es un medio para llegar un fin, necesaria para ordenar el pensamiento y las acciones, donde el lenguaje con el que se habla debe ser claro y preciso, porque el concepto o símbolo, debe contener un estímulo tangible condicionado a una idea, pero desde que apareció el concepto de desarrollo sostenible en 1987, se pueden encontrar 132 definiciones diferentes, generando una pérdida de contenido de la palabra, perdiendo fuerza el lenguaje simbólico, los términos que Aragonés, Izurieta y Raposo(2003), utilizaron para realizar una investigación que demuestra las dificultades metodológicas que pueden tener los estudiantes al no tener precisión de un concepto, el no poder construir una ideología política clara respecto a lo que es la ambientalización, la sustentabilidad o la sostenibilidad, provoca una desfase en lo que es la teoría y la práctica.
De 32 definiciones de sustentabilidad y otros términos relacionados, en la investigación de Aragonés (2003), se retoman las diferencias, estableciéndolas en 213 cuestionarios, se constató distinta información proporcionada por participantes; se encontró que la ideología que predominaba era sobre naturaleza y el medio ambiente, mientras que el concepto de desarrollo sostenible fue escaso, sin diferencias significativas en las ideologías políticas que representa los conceptos. Se determinó que los participantes dentro de la investigación tienden a ver el discurso medio ambiental desde una perspectiva antropocéntrica, donde el ser humano no es sólo miembro más del nicho ecológico en donde se desenvuelve su vida, sino al contrario, se sirve del ecosistema para cubrir sus necesidades, sin retribuir lo utilizado en ningún momento. (Aragonés y cols. 2003, pág. 223).
Las formas de entender la Naturaleza a partir de las definiciones de Desarrollo Sostenible permiten observar diferencias significativas en las categorías utilizadas en la definición del concepto. Así, en los antropocéntricos aparece más la dimensión de «progreso», en las posiciones centrales aparece la de «equilibrio» y en los más próximos a la defensa de la Naturaleza la idea de «conservación». La definición de Desarrollo Sostenible adquiere matices consonantes con la posición que se tiene ante la relación ser humano - Naturaleza.(Aragonés y cols. 2003, pag. 225)
La investigación de Aragonés establece que la claridad del concepto no se ha dado a pesar del tiempo, el lenguaje simbólico necesario para construir un pensamiento, es ambiguo, generando que el concepto de Desarrollo Sostenible se encuentre vacío de contenido de cualquier acción o programa, al no producir en la sociedad una resonancia, no se puede crear una idea de acción-reacción cuando se observa el término.
La constructiva cognitiva de las implicaciones académicas y del accionar no se ha logrado; por lo tanto, no puede haber resonancia dentro de la sociedad, cuando se implementa una política social, cultural o educativa en la que se inmiscuye a la ciudadanía. Algunos ambientalistas como Noguera de Echeverri o Edgar González Gaudiano, por los mismos elementos planteados por Aragonés, prefieren mantener el paradigma de la sustentabilidad, retomando el término de educación ambiental en América Latina distinguiéndolo de la visión anglosajona del desarrollo económico en el que se ve envuelta la sostenibilidad. 
Las construcciones lógicas cognitivas de la educación ambiental suponen al sujeto capaz de generar un pensamiento claro de una idea, para articular un discurso, programa o plan producto de un símbolo. Martha Viesca Arreche (2003), da cuenta del proceso de construcción de las entrevistas indagatorias para conocer el papel de la educación ambiental en el trabajo de desarrollo rural, durante su investigación en el municipio de Chilchota y Huáncito, en la que busca definir el papel de la educación ambiental en el trabajo de desarrollo rural, además de investigar y comprender los principales problemas sociales y ambientales de algunas comunidades de la Cañada de los Once Pueblos, en Michoacán.
Al momento de realizar la investigación, el principal obstáculo fue la comunicación limitada por el tiempo y las circunstancias vividas dentro de las labores de los sujetos, después de varias reuniones y entrevistas se concluyó una posición personal de los principales problemas sociales y ambiéntales, donde los pobladores no perciben la gravedad del deterioro y el agotamiento de sus recursos naturales y, no se han planteado posibilidades de solución a los mismos.
Debido a la baja participación por parte de los pobladores, la investigación de Viesca (2003) se centró en un programa educativo, en lugar de desarrollo comunitario.  Teniendo como limitante que dicho programa “no podía ser el eje articulador de las acciones comunitarias para impulsar los procesos de cambio requeridos, ya que, en los proyectos de desarrollo comunitario, el mejor eje articulador para las estrategias de cambio social ha sido el organizativo” (pág. 40). Se comprendió que para la logra una laborar comunitaria se requiere la fusión de diferentes actores, en este caso el organizativo, participativo y educativo.  
Al mismo tiempo reconocen que el rescate del sujeto debe ser desde la educación, tal vez no formal, pero para que un proyecto de desarrollo comunitario sea viable y factible, primero tiene que estar vinculado a la educación, para que se entiendan las necesidades sustantivas de la relación del grupo social con el medio ambiente.
La subjetividad que rodea a los habitantes de las comunidades en especial en Huáncito, se encuentra permeado por la falta de cumplimiento por parte de los distintos grupos políticos, el desinterés de trabajar en equipo en la comunidad y la falta de comunicación e información. El rescate del sujeto que se intenta hacer Martha Viesca (2003) con su investigación, debe estar complementado por la cultura de la sociedad, que desea reconstruir la realidad que no es determinada, pero el problema llega cuando el conocimiento que se construye por los individuos no es asociado con el contenido que se pretende difundir. Como conclusión de esa experiencia, 
proponen que toda investigación de campo, debe de llevar a cabo actividades de educación ambiental que atiendan las necesidades sustantivas de los grupos sociales y sus relaciones con el medio ambiente. De esta manera, la investigación y la práctica de la educación ambiental pueden desempeñar un papel esencial en el cambio personal, social y ambiental que se requiera en el contexto elegido (pág.41).
Dentro de las comunidades la educación ambiental no formal, se presenta como una educación para la vida la que se da énfasis en la re-construcción de realidades que se puedan modificar al momento de reflexionar sobre el actuar cotidiano, en las que se hace un esfuerzo mayor para difundir estrategias que acerquen a las comunidades con elementos teóricos y prácticos que reconstruyan una ideología desde un sentido ecológico.
El provocar la reflexión de la construcción simbólica cognitiva por medio de una educación no formal, que active el pensamiento ambiental complejo, en el que la sociedad pueda analizar su actuar a lo largo de la vida, fomentando valores éticos-estéticos y solidarios que fortalezca las acciones para una vida sostenible.

2.2 Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014).

Con la implementación de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) se pretende modificar la forma de cómo se percibe al mundo. Son los formadores quienes deben encontrar alternativas al momento de organizar la sociedad, “satisfacer las necesidades del presente sin hipotecar las de las generaciones venideras, hallar un medio para solucionar los problemas sociales y medio ambientales de hoy y aprender a vivir de manera sostenible”. (UNESCO, 2015)Buscar en la educación el medio para poder proyectar en las personas actitudes y capacidades fincadas en la toma de decisiones de un beneficio común.
Con el conocimiento científico que se tiene actualmente se pueden caminar hacia una vida sostenible, sólo es cuestión de producir en la sociedad una sensibilidad en el actuar, con actitudes solidarias y acciones diarias que incentiven el uso de ecológico del medio. Las percepciones de subsistencia son creadas por la cultura, para Villoro (2008)la concepciones y creencias son conductas asociadas al sentido del saber, al potenciar lasdecisiones individuales fundadas en el recuentro con el espacio natural, modifica la construcción conjunta de la forma que la sociedad se relaciona con el medio, favoreciendo a una conducta en equilibrio y un desarrollo comunitario con visión de futuro.
Transformar el pensamiento, creencias, concepciones y cultura, no se puede estipular en tiempo o definirlo con acciones específicas, la apropiación del conocimiento no es un producto, tampoco se pueden ver las implicaciones de los actos colectivos o individuales en diez años, el deterioro ambiental es evidente, pero lo hemos causado durante siglos, por un sinnúmero de actos inocentes, se ha aumentado por la falta de previsiones, políticas mal encaminadas, una comunidad científica que se ha aprovechado de los recursos pensando que son inagotables y sobre todo por una industria basada en la apropiación privada, generando el exceso de acumulación porque no tiene y no les importa controlar la producción para tener que regenerar lo desgastado. 
En los seres humanos existe una característica muy especial, unos descomponen lo que otros han compuesto. La sensibilidad por el medio ambiente en el que se está inmerso y el respeto al mismo, no es de todos. Entidades como la UNESCO, Greenpeace y otras asociaciones se han dedicado a establecer reglas, convenios, programas que modifiquen la forma en cómo los seres humanos se relacionan, para tener una visión de futuro. 
Han pasado más de 40 años desde se comenzó a hablar del agotamiento de los recursos naturales y sus consecuencias a nivel global, se ha intentado, a través de los organismos internacionales, concientizar a los grandes capitales de la situación de pobreza, violencia, inequidad y vulnerabilidad de la población, aunado a los males que prevalecen en la sociedad, el desabasto de recursos naturales, aumenta cada componente y no son hechos aislados,  se ha buscado que por medio de la educación se puedan integrar principios, valores y prácticas que fortalezcan el desarrollo integral de un pueblo. 
La UNESCO establece los estatutos para la construcción de una educación para el desarrollo sostenible, que se caracterizan por incluir al medio ambiente entre los niveles de bienestar, además de promover la educación y la interdisciplinariedad para lograr desarrollar capacidades de toma de acciones comunitarias, que fortalezcan, la tolerancia social, la gestión de los recursos ambientales, una fuerza laboral adaptable y una buena calidad de vida.(UNESCO, 2015)
Convertir los indicadores a la calidad de estatutos no ha sido una tarea sencilla, han pasado 8 cumbres internacionales para poder establecer un vínculo real entre la idea y la práctica:
·     Conferencia de Estocolmo (Suecia 1972)
·     Seminario Internacional de Educación Ambiental (Belgrado, Yugoslavia 1975)
·     Conferencia Internacional de Tbilisi sobre la Educación Ambiental (Georgia, ExURSS, 1977)
·     Congreso Internacional de educación y formación sobre el Medio Ambiente (Moscú,1977)
·     Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 1992). Estableciendo la Agenda 21
·     Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental (Guadalajara, 1992)
·     Río +5 (1997) 
·     Cumbre Mundial Sobre el Desarrollo Sostenible. Río +10 (Johannesburgo, Sudáfrica, 2002) (Calderón, Chumpitaz, Sumarán, & Campos, Educación Ambiental, 2011)
Pérez, Vilches y Toscano Grimaldi y Álvarez (2006)como educadores conscientes en la situación del planeta, recuerdan su sorpresa cuando en 1992 la Primera Cumbre de la Tierra se realizó con la participación ciudadana de expertos en el tema, a diferencia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo en 1972 y las anteriores.
Diez años después, en la Segunda Cumbre de la Tierra en Johannesburgo en el 2002, se cambió la dinámica de sólo tener un impacto mediático, iniciando una intensa campaña de larga duración destinada a la participación global y continua ya no únicamente durante la cumbre e investigadores interesados. Se planteó la idea de una Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible, el objetivo era la participación de toda la ciudadanía. Se aprueba en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de diciembre de 2002 la Resolución 57/254. (Pérez, y col. 2006)
El trabajo de establecer lineamientos, políticas y programas para que de manera conjunta y global se realice cambios significativos en el medio ambiente. Pero pese al llamamiento de los organismos internacionales no se logra hacer conciencia colectiva aún, el trabajo es arduo, pero poco a poco se ven los resultados, como son las investigaciones, programas y modificaciones de políticas, por ejemplo, la OEI creó una página para el apoyo a la Década EDS, (OEI, 2015)en la que se han adscrito más de 2,500 instituciones que exponen el compromiso por la educación para la sostenibilidad.
Las respuestas no son sencillas, el problema tampoco, dentro de la página se encuentran varias líneas a desarrollar, como es la contaminación de tierra, aire, agua y acústica; cambio climático; amenaza de la biósfera, destrucción de la diversidad cultural, crecimiento económico desproporcionado, desequilibrio en el consumo, crecimiento demográfico (Pérez, y cols. 2006). La solución, modificar el estilo de vida, principalmente de los ciudadanos de los países del primer mundo y el resto no debe continuar con esos patrones de descuido, en la educación y la tecnología se encuentran las esperanzas de cambio.
Lo que se pretende impulsar es una educación solidaria, normar las dinámicas de generación del aprendizaje y que se refuercen las medidas necesarias para la participación de todos los actores de una población, proponiendo la normatividad a seguir por los todos los países, en la que rescato lo siguiente: 
·     La integración sistemática de la EDS en las políticas destinadas al sector de educación en su conjunto o a un subconjunto de ese sector.
·     La integración sistemática de la EDS en las políticas relativas a los principales desafíos que plantea el desarrollo sostenible. 
·     La integración sistemática de la EDS en los marcos de cooperación bilaterales y multilaterales en materia de desarrollo. (UNESCO, 2013)
En cuanto a los educadores, los formadores y otros agentes del cambio para que pasen a ser facilitadores del aprendizaje en pro de la educación ambiental, se les exhorta a participar activamente en la integración de contenidos ecológicos de forma transdisciplinar y directa en el currículo en todos los niveles de formación.  
La integración más cabal de las perspectivas del desarrollo sostenible -por ejemplo- la utilización eficaz de los recursos y la responsabilidad social y empresarial en la educación de posgrado, la creación de capacidades y la formación de los encargados de la adopción de decisiones. (UNESCO, 2013)
Novo (2009)busca establecer un punto de inflexión entre la educación y los objetivos planteados, impulsando el racionalismo, los valores estéticos sobre el mundo; la conservación de la diversidad ecológica y cultural; el abandono a los viejos paradigmas de dominación; proponiendo una construcción de una democracia participativa y sostenibilidad, reforzar los vínculos que existen entre ambas.
La integración de normativas dentro de las Naciones Unidas es un paso relevante en el avance de todos los que han luchado por una modificación en la estructura capitalista, se reconoce que no es sólo en las aulas donde se debe reaccionar, los intereses económicos son fuertes, pero no más que una comunidad unida en la defensa de la diversidad, con el aparato legislativo se tiene las armas para luchar en beneficio del ambiente. Los alcances de la trayectoria de la educación para el desarrollo sostenible, hace responsable a los educadores de su implementación, “además de ser un deber, también es un placer, pues quienes hemos dedicado nuestra vida profesional a impulsar esta corriente educativa sentimos que ha merecido (y merece) la pena”. (Novo, 2009)

2.3 Ambientalización curricular en las Instituciones de Educación Superior (IES).

Las valoraciones que se hicieron en la década dedicada al Desarrollo Sostenible por parte de los investigadores y los gestores de política ambiental, han encontrado ambigüedades y críticas recurrentes a los planteamientos, al momento de aplicación de la Educación Ambiental (EA) y Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), porque no encuentran la diferencia de contenido, pero sobre todo de método, para identificar cómo y cuándo se debe de aplicar una u otra.
Otra de las contradicciones que ambientalistas como Gaudiano (2012), Meira (2011) o Guevara (2017),encuentran, es la confusión que provoca el termino de Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), sobre todo en el hecho que la palabra `desarrollo´ éste ligada con sostenibilidad, porque esto incluye procesos económicos donde todo lo que pertenece al suelo y subsuelo es un recurso, lo que ha provocado destrucciones ecológicas. 
El cambio de paradigma de la EA a la EDS no deja de ser de una simpleza absoluta. El paso de las Ecología y, en general, de las Ciencias Naturales, en la representación de la crisis ambiental explica, en gran medida, esta distorsión, motivada por falta de reflexión o por enfoques metodológicos erróneos. En Estocolmo, Belgrado o Tiblisi se insiste en la necesidad de entender el ambiente de forma multidimensional e interdisciplinar, las razones de que estas orientaciones no se llevan a la práctica, solo son de carácter más estructural y necesitan una explicación sociológica e ideológica que necesariamente trasciende en propio campo de la Educación Ambiental. (Meira P. Á., 2011, pág. 39)
La EA pugna por ser el medio para fomentar los principios establecidos en las convenciones y acuerdos internacionales, como es la nueva ética en la forma de educar o en las políticas sociales, donde los seres vivos estén en el centro, además de cambiar la lógica de separación de las ciencias humanas, la naturaleza y el arte,  se necesita una ciencia que tenga al centro el ecosistema y una ciencia natural que en relación al hombre y el ser humano busque el arte como forma de contemplar el todo, re-pensando el sistema educativo al considerar al mundo como un sistema complejo.
La educación tiene la gran tarea de reorientar al sujeto en la búsqueda de su pensar y sentir, es por eso que al incluir el enfoque de la complejidad procura el rescate del sujeto, como pieza fundamental para el desafío de la construcción cognitiva(Zemelman H. 2010), porque a través de ella se puede expresar lo complicado que es la biodiversidad del sistema planetario, además de darle a la sociedad un conjunto de facultades para poder establecer dentro de su contexto las acciones pertinentes para el desarrollo de la comunidad, sin afectar el medio que le rodea. 
Dentro del debate que ha generado los dos conceptos EA y EDS, con sus estructuras, métodos, técnicas y estrategias se ha llegado a acuerdos, como el hecho que se trabajen bajo la dinámica del pensamiento ambiental complejo y que los centros de Educación Superior son los idóneos para la implementación de investigaciones y modificaciones políticas que de ellas emanen, los dos son ejes de la formación del pensamiento, de la operación de un sistema económico, político y social, de la conformación de una sociedad justa e igualitaria y de una democracia participativa y solidaria, se crea una dinámica perfecta entre la razón y el sentir del sujeto para que vea al objeto no como un medio, sino, como parte del todo. 
A nivel global la máxima casa de estudios son las universidades, en ellas se gestan las principales innovaciones sociales y científicas, son también la unidad operativa de planes, programas e investigaciones. Son las instituciones en la que se deben determinar los escenarios y someterlos a un proceso de legitimación mediante técnicas para el logro de consensos en la comunidad educativa, para después ponerlos en operación y más tarde se pueda implementar en el resto de la sociedad.(Gutiérrez & Concepción, 2010)
Al implementar un modelo de educación ambiental en la universidad y relacionarlo con el pensamiento ambiental complejo, genera el binomio perfecto, porque así se puede lograr la construcción de la formación integral del estudiante, al convertirse el conocimiento en consciencia, un sentir y pensar. Para lo que los docentes deben desarrollar investigaciones, donde se integre la educación y el desarrollo sostenible. 
Toledo (2000)propone dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México, una revolución epistemológica, convertir esas instituciones en las trincheras de la lucha entre neoliberalismo y la sostenibilidad, gestar dentro de sus aulas las investigaciones, planes y programas que provoquen el análisis y la reflexión de las políticas e ideologías del siglo XXI; promover la revisión, reformulación y reorientación de los programas curriculares, para la universidad post-moderna,  que vaya más allá de la pedagogía tradicional con métodos constituidos por occidente, revolucionado con la creación de formas novedosas de articulación del conocimiento, en carreras de carácter multidisciplinario, que deberán agregar, la postura ambientalista, no sustituir con carreras alternas a las establecidas, sino, incluir dentro de los currículos ya instituidos, la ambientalización.
La práctica educativa tiene vertientes de reflexión y análisis colectivo, donde los docentes comprometidos con un mejor presente para todos los habitantes de la tierra, ha hecho distintos intentos para la difusión de sus ideas y trabajos cono es el libro “Travesías y dilemas de la pedagogía ambiental en México”, en el que abordan las estructuras epistemológicas de la formación educativa sin dejar atrás la didáctica y estrategias de acción y reflexión. 
El punto de inflexión de la educación es la aplicación coherente de las disciplinas, o sea, el conjunto de normas y acciones educativas formadoras del humano que, fundamentadas en la realidad social, cultura y ambiental del sujeto, logren desarrollar un proyecto de formación basándose en una ideología ecológica y conservacionista.  (Guevara, 2017, pág. 289)
Lo principal para que los proyectos ambientales prosperen es que la disciplina, las normas y fundamentación teórica funcione con un enfoque pedagógico, Rosa María Romero Cuevas (2017)lo clasifica en tres vertientes:
·          Informativa: práctica pedagógica que ignora o excluye los mejores medios para las funciones, memorística y de leyes abstractas de información y conocimiento construidos. 
·          Activa: propician la actividad del sujeto, el espacio de lo lúdico, pero sin tomar en cuenta la posibilidad de construcción de experiencias de los sujetos. 
·          Constructivistas: el maestro no se encuentra en el centro del proceso, su rol es estimular la autonomía y la toma de las decisiones de los alumnos, la enseñanza se basa en las experiencias e investigaciones de los propios alumnos sobre su ambiente más cercano, como punto de partida para dirigirse al reencuentro de entornos lejanos, como las guías para alumnos. (pág.120)
La educación ambiental da la posibilidad de incorporar técnicas y estrategias alternativas donde se contextualice la información del objeto de investigación al establecer puntos de encuentro en los procesos de interacción con el sujeto, logrando una simbiosis de análisis de lo cotidiano, con estrategias constructivistas que fomentan una mejor forma de aprender.
La forma de aprender es cambiando, en las escuelas se forman estructuras curriculares en las que se facilite la apropiación del conocimiento, cambiando la práctica docente para formar sujetos que observen, reflexionen y reconstruyan la realidad en la que se está inmerso. Ull Solis (2014)propone las competencias que debe tener todo profesionista y la formación del profesorado, haciendo énfasis en los educadores y los currículos de los posgrados: 
·     El pensamiento sistémico y manejo de la complejidad, pensamiento anticipatorio, pensamiento crítico. 
·     Trabajo transdisciplinar, planeación y realización de proyectos de innovación.
·     Empatía y cambio de perspectiva. 
·     Evaluación, tolerancia a la frustración.
·     Cooperación entre grupos heterogéneos y actualización para actuar justa y ecológicamente.
Estas competencias son las que debe de tener un docente que consideré al pensamiento ambiental complejo como su eje rector, siendo un profesional de la educación ambiental para lograr el accionar hacia una trasformación del medio en que trabaja, pero al mismo tiempo tiene la convicción de que la información se obtiene del contexto y no posé el conocimiento, sino que es un mediador de información. 
Los docentes tienen una tarea mayor, un compromiso con la población en general y con sus estudiantes, deben lograr una contribución a la sociedad, no sólo en la transmisión del conocimiento sino en el actuar ético. Reconocer a la investigación como el medio por el cual se pueden encontrar mecanismos interdisciplinares que promuevan la atención continua e interactiva entre los científicos y los actores responsables de la toma de decisiones sobre los ecosistemas. (Castillo & González, 2009)
Los docentes de la Maestría en Desarrollo Educativo de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Ajusco, (Calixto, M., & J.G.S., 2017)realizaron una investigación acerca de transformación de su práctica docente a partir de las estrategias que llevaron a cabo para formar los estudiantes de la línea de educación ambiental, haciendo notar que el aprendizaje fue compartido donde el marco epistémico centra la atención en el objeto pedagógico, en la unidad grupal, en la que el docente y discentes constituyen un todo, sin que nadie tenga la respuesta certera, es necesario construirla con el diálogo y los proceso de comunicación en y fuera del aula. 
En la construcción de saberes; el impacto de los conocimientos disciplinares adquiere una mayor o menor importancia, de acuerdo con el significado configurado por los sujetos. Desde esta perspectiva el aprendizaje compartido constituye una manifestación de las relaciones dialógicas entre el docente y discente, saber y conocimiento, que conforman un momento pedagógico, y la suma de estos van constituyendo una ruta de formación en el campo del a educación ambiental. (Calixto, M., & J.G.S., 2017, pág. 195)
Las innovaciones de estos programas ya existentes se dan por medio de la ambientalización de los currículos que provocan una modificación en la estructura organizacional de una institución, pugnando por investigaciones que integran las nuevas tendencias teóricas y metodológicas del pensamiento ambiental complejo logrando tener mejoras en el manejo de los sistemas sociales y naturales. Las pautas ya están dadas, la normatividad lista, la teoría organizada, solamente falta que cada Institución de Educación Superior comience a realizar reformas a sus planes y programas para lograr un impacto profundo, no solamente mediático. 
En todas las latitudes se pueden encontrar investigaciones que están modificando, estructurando o desarrollando innovación enfocada a la educación ambiental, pero no es suficiente que un porcentaje de la población lo realice, para que se genere un impacto real se debe impulsar la implementación transversal con el enfoque de pensamiento complejo en la educación sostenible en cualquier currículo, pero en especial en Instituciones de Educación Superior. 
En México se establece en 2000, después de tres reuniones anuales previas, el Consorcio Mexicano de Programas Ambientales Universitarios para el Desarrollo Sustentable (COMPLEXUS) conformado por 17 instituciones, gracias al esfuerzo del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (CECADESU) de la SEMARNAT y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). Estas organizaciones toman como premisa la perspectiva de la complejidad y los fundamentos de Morín, que plantea mirar con atención al mundo fenoménico. (Complexus, 2014)
Cada una de las Instituciones que firman el convenio se compromete a fomentar y formular la ambientalización curricular y organizacional dentro de sus planteles, desde entonces se han reunido para confirmar y reanudar esfuerzos, pero al mismo tiempo esos foros anuales han servido como el portavoz de otras instituciones, investigadores y activistas para el fomento de una sociedad consciente de su entorno. 
Las 17 Instituciones participantes en el último encuentro efectuado del 27 al 29 de marzo de 2017, dan cuenta de un gran avance, con ello se le suma más de 15 universidades que desean ser parte del COMPLEXUS. Se estableció un pronunciamiento en que se manifiesta la preocupación por la degradación ambiental, exhortan entre otras cosas a las redes universitarias a que propicien una mayor comunicación y colaboración entre las IES en materia de educación ambiental, promuevan el intercambio de información, generen los espacios para la formación de capacidades e impulsen la institucionalización de la ambientalización curricular en las universidades que las conforman. 
Las IES en dicho pronunciamiento, se comprometen a participar de forma activa en los procesos de ambientalización curricular, a través de la participación en el diseño y rediseño de los planes y programas de estudio, la transformación de la práctica educativa, la formación ambiental de las y los docentes, el diseño de materiales innovadores, así como el seguimiento y la evaluación permanente, dar continuidad a los procesos de investigación educativo-ambiental y de reflexión colectiva para generar hallazgos e insumos que favorezcan el fortalecimiento de la sustentabilidad en las IES, poner al servicio de la educación superior del país el conocimiento, la creatividad y el compromiso de trabajar en la construcción de una nueva realidad en la que se garanticen las condiciones dignas y justas para toda la población y el mantenimiento de los procesos que permiten la vida en el planeta. (Encuentro Nacional de Ambientalización Curricular en la Educación Superior, 2017).
El compromiso de las IES no es únicamente un discurso epistemológico o un debate entre investigadores, es el análisis de la instrumentación diseñado y aplicado para que las sociedades construyan un pensamiento complejo, donde se coloque al problema ambiental en el centro y al sujeto como el medio para actuar de manera lógica y sensible sobre su realidad.
El camino son las Instituciones de Educación Superior incita a resolver la problemática ecológica, dejarán a un lado el antropocentrismo y la episteme institucional, que ha condicionado las formas de razonamiento para construir una realidad individual. Se propone centrar la investigación e innovación, en la formación de sujetos que sepan leer su contexto y puedan enfrentarlo con una visión de futuro, creyendo que la construcción de un entorno sostenible logrará mejores resultados con conciencia colectiva.
La finalidad de modificar el aprendizaje es crear una sociedad democrática e igualitaria, formada con sensibilidad y conciencia ecológica, que realice aportaciones a su cultura y transforma patrones destructivos, porque sabe que a través de la tecnología y la educación podrá alcanzar niveles superiores de conocimiento. 
La estrategia a seguir de EDS es fincar la responsabilidad a todos los ciudadanos, de la educación y el cuidado del ambiente, se necesita estar en sintonía de los fines que se persiguen y el por qué se deben realizar ciertas acciones, es por medio de una educación reflexiva que se mejorarán las condiciones de vida en todos los habitantes del planeta.
El pensamiento complejo es la herramienta que fundamenta un currículo, como se afirma en la investigación de Emancipación, Complejidad y Método histórico dialéctico, repensar las tendencias en Educación Ambiental(Loureiro, 2003). La relación que establece la complejidad, formula una propuesta epistemomológica que aporta la reflexión necesaria parameditar el quehacer cotidiano, basado en una prescripción epistemológica específica que se da en la implementación de un currículo enfocado al cuidado del medio ambiente. 
En la investigación de “La educación ambiental, una genuina educación para el desarrollo sostenible”,(Novo, 2009) plantea principios del pensamiento complejo, al inicidir en una visión renovada de la teoría curricular, tendiente a indentificar conceptos y categorías de análisis que orienten la estructura simbólica que ubica al sujeto en determinado momento y espacio. 
Cada investigación y trabajo citado abona a reforzar una propuesta epistemológica que identifica a la complejidad como la base fundamental del desarrollo curricular, orientada a que el ciudadano sea partícipe del cuidado del entorno en el que habita, además de fundamentar las Instituciones de Educación Superior, tiene la responsabilidad de llevar a cabo la transición educativa para un cambio de visión en la sociedad.

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